Forestales, viñas, ganaderos, empresarios turísticos y frutícolas HACEN BALANCES EN MEDIO DE OLA DE INCENDIOS Y ALERTAN SOBRE INTENCIONALIDAD Y TERRORISMO

Los sectores afectados dicen que, además de la pérdida de cultivos por el fuego, algunos que se salven de las llamas tampoco podrán ser cosechados, ya sea por el humo imperante, falta de mano de obra o por el calor extremo que ya afectó la producción. En magnitud de hectáreas quemadas y pérdidas económicas lideran las forestales grandes, CMPC y Arauco, y pymes madereras. +

A crisis que vive el país en la zona centro-sur ya se ubica no solo como la peor temporada de incendios desde 2017, pues muchos dicen que además esta vez los daños son mayores, sobre todo para pequeños agricultores y familias que viven de sus campos en las regiones del Ñuble, Biobío y Araucanía. Los distintos sectores recién están haciendo los catastros de producción afectada y señalan que primero deben extinguirse las llamas para efectuar una evaluación completa.
Pero una cosa ya es clara: el rubro forestal en el Biobío es por lejos el más afectado, junto con pequeños agricultores que perdieron no solo parte de sus campos, sino también, muchos de ellos, sus casas. “Las principales pérdidas están en la masa forestal y en la ganadería de pequeños productores que han perdido su forraje. Del Maule al sur, muchos agricultores combinan en sus campos actividades de agricultura, ganadería y forestal. Muchos de ellos perdieron todo”, señala José Miguel Stegmeier, director de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) y empresario agrícola del Biobío.
Pese a que las altas temperaturas, fuertes vientos y baja humedad del ambiente anticipaban las condiciones propicias para los incendios, Stegmeier sostiene que no hubo suficiente preparación de parte de las autoridades y la respuesta fue tardía. “Todo el mundo estaba anunciando estos riesgos y tal vez no hubo el expertise suficiente de las autoridades para ver que esto podía venir. Enlos primeros días no hubo una buena coordinación con la autoridades”, afirma. Agrega que la tesis de que tras los siniestros hay intencionalidad y organización se valida con la decisión del Gobierno de establecer toque de queda en la zona. “Es un reconocimiento, porque en estos casos el toque de queda solo sirve por temas de seguridad. Aquí lamentablemente hay terrorismo y hay que decirlo con todas sus letras, porque si no se dicen las cosas por su nombre, no se toman las decisiones para solucionarlas”, enfatiza.
Preocupado también por la intencionalidad está el presidente de la CPC, Ricardo Mewes, y así selo planteó al Presidente Boric el domingo pasado en una reunión en que se acordó la ayuda del sector privado en la emergencia y reconstrucción (ver recuadro). “Yo planteé que nos preocupa la multiplicidad de los focos de incendios, que sabemos que no son de generación espontánea. Lo que hemos visto en la simultaneidad de los focos da indicios de que hay intencionalidad detrás.
Les hemos pedido a la SNA y a las personas de las zonas afectadas que toda la evidencia que pueda haber se entregue a la fiscalía para que se pueda detener a las personas que eventualmente están detrás de esto”, señaló.
Sector forestal, el más afectado De acuerdo con las primeras evaluaciones de la SNA, el sector más afectado es el forestal, por lo que dada su relevancia en la economía del Biobío, habrá un deterioro importante en la producción industrial. El miércoles, la empresa Arauco informó que cuenta con aproximadamente 40 mil hectáreas de plantaciones forestales productivas potencialmente afectadas, mientras que CMPC informó que las plantaciones afectadas superarían las 10 mil hectáreas. Ambas empresas son las más relevantes del sector, y hay que agregar las pérdidas de muchas plantaciones de medianos y pequeños agricultores. Desde la Corporación Chilena de la Madera (Corma), gremio que agrupa a las empresas del sector, indicaron que aún no tienen una estimación del impacto, dado que se está atendiendo primero la emergencia.
“Las grandes compañías tienen el mayor daño en términos monetarios masivos, pero el drama es de los pequeños propietarios que están distribuidos en el territorio y que perdieron sus casas, sus huertos y también sus bosquecitos. Ellos están siendo los más afectados”, dice Michel Esquerre, presidente de Pymemad y empresario forestal del Biobío. Esquerre —quien perdió 700 hectáreas de bosque en la comuna de Santa Juana— señala que la urgencia ahora está en apoyar a las familias que perdieron todo. Explica que en la zona es común que los agricultores distribuyan en sus campos distintas actividades, entre ellas una parte forestal. Ante el riesgo de que el fuego avance hacia el norte, en la Región del Maule también están en alerta. “Ahora hay algunos focos, pero más controlados.
En nuestra región las forestales son más pymes y fuimos de los más afectados por los incendios del 2017, por lo que sabemos que si algo así vuelve a llegar acá, es el fin definitivo de muchas pymes”, dice Lautaro Opazo, empresario maderero de la región.
Respecto de los seguros involucrados, las empresas señalan que hay pólizas comprometidas, aunque desde la industria aclaran que estas presentan altos deducibles y techos, por lo que no tienen estimación de la cobertura hasta determinar las pérdidas. “Las pymes no tienen seguros, porque para nosotros son inalcanzables. Son las grandes compañías las que tienen algunos seguros involucrados, porque son muy complejos y caros”, dice Lautaro Opazo. Viñas dañadas por el fuego y el humo Las viñas son otro sector sido afectado, tanto por la quema misma de viñedos como por el impacto del humo y las cenizas en las uvas. Viña Miguel Torres tiene nueve campos propios en Curicó, Maule, Itata y Biobío, pero además compra a productores desde el Limarí hasta Osorno. Hasta ahora están afectados por el humo, y algunos de sus proveedores sí fueron alcanzados por el fuego. “Esta vez es peor que el 2017. He visto más viñedos quemados completamente. Pero aún no hay catastros, porque esto no ha parado, y en general se trata de pequeños productores”, dice Eduardo Jordán, director técnico y enólogo de Miguel Torres. Jordán explica que si bien la uva ahumada se puede utilizar, requiere de tratamientosespeciales para disminuir el efecto notorio en el olor y sabor del vino, por lo que hay un efecto en su calidad. Roberto Henríquez es un pequeño productor de vino de autor a quien se le quemaron seis de sus 25 hectáreas de viñedos en las comunas de Santa Juana y Nacimiento. “Esto es una tragedia. Es un impacto gigante no solo por lo perdido, sino también por el efecto del humo en los vinos, que hace más difícil la venta. Esto a uno lo desmoraliza. Llevo siete años produciendo vino en forma independiente y ya he enfrentado cinco incendios. Lamentablemente esto se está haciendo másrecurrente”, afirma Henríquez, quien responsabiliza al avance de las plantaciones forestales en la zona. También se vio afectada Ernestorina González, una productora del sector de Magdalena, en la comuna de Coelemu, del valle del Itata, quien vende toda su producción a las grandes viñas. “Se me quemaron cerca de 20 mil plantas de las 60 mil, pero aquí hay productores que perdieron todo. En esta zona hay viñedos centenarios, por lo que las pérdidas son enormes”, afirma. González señala que la temporada ya era difícil por los altos costos de los insumos, principalmente fertilizantes, y la mano de obra. “Con esto empeora, y no sabemos cuánto van a pagar las grandes empresas por la uva, porque el humo y el golpe de calor la afecta. Dependiendo del precio, ni siquiera sabemos si va a convenir cosechar para cubrir los costos”, agrega. Frutas afectadas por efectos secundarios En el sector frutícola, las mayores pérdidas están en los arándanos. “La zona tiene mucho arándano, avellano europeo, cerezos, nogales y manzanos. El mayor efecto está en los arándanos, y lo mismo ocurre con las cerezas, pero ya se alcanzaron a cosechar”, sostiene el presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela. Señala que aunque no se han quemado plantaciones relevantes de fruta, el sector se está viendo afectado por el efecto indirecto de los incendios, como la logística.
Explica que en el caso de los arándanos, dado que son rápidamente perecibles, si los agricultores no pueden cosechar, por ejemplo, porque los trabajadores no pueden trasladarse o por las condiciones del humo, la producción se pierde.
Aunque también están recién levantando datos, en Fedefruta indican que en la comuna de Quillón productores de cereza de exportación y limones para el consumo interno vieron sus predios quemados, incluyendo bodegas, paneles solares, salas de cosecha, estanques de agua y equipamiento de fumigación, o de productores que “solo por las temperaturas de 44 grados perdieron 200 mil kilos de arándano para la venta en fresco”. Pérdidas de forraje en ganadería Las regiones de Ñuble, Biobío y Araucanía representan cerca del 30% de la producción de carne del país, la quese concentra en Los Lagos, Los Ríos y Magallanes. Por lo mismo, según el presidente de Fedecarne, Ignacio Besoain, el efecto de los incendios no es menor. Explica que “el daño principalmente se ha visto en pequeños y medianos agricultores ganaderos”. El impacto, dice, es en la pérdida del forraje, tanto pasto como plantaciones de trigo y maíz para alimentación de ganado. “También ha habido casos puntuales de productores que han perdido su producción ganadera, específicamente sus animales, pero los hechos más concretos tienen que ver con la producción forrajera”, señala.
Besoain dice que es muy temprano para estimar si habría impacto en el precio de la carne, pero aclara que solo entre 35% y 40% del consumo es nacional y el resto es de carne importada. Pero sí adelanta que podría haber una reducción de los kilos de carne producidos en las zonas afectadas. Turismo ve riesgo de que aumenten cancelaciones En el área de los servicios, el sector turismo también está siendo seriamente golpeado.
El presidente de Fedetur, Jaime Guazzini, dice que “hasta ahora la zona turística más afectada por los incendios es el valle del Itata”, que es parte del circuito enoturístico del Biobío y Ñuble, “por lo que la industria del turismo se ve afectada por esta situación, con una disminución de reservas hoteleras”. El cierre preventivo de parques nacionales en varias regiones también impacta alos concesionarios turísticos de esas reservas, ya que les impide funcionar, lo cual en temporada alta provoca un perjuicio mayor.
Alberto Pirola, presidente de la Asociación de Hoteleros de Chile, estimó inicialmente que las cancelaciones de reservas hoteleras estaban llegando a un 30%. Sin embargo, advirtió que luego de que el Gobierno dijera que la alerta de incendios podía extenderse hasta marzo, las cancelaciones podrían aumentar. Explicó que esto no solo está afectando el turismo en las regiones de los incendios, sino que también se extiende a Los Ríos y Los Lagos.
“Incluso hemos visto cancelaciones de extranjeros en las Torres del Paine, porque supieron que hay incendios en “el sur de Chile” y ellos no conocen la diferencia”. Por ello, Pirola también pidió a las autoridades mejorar la información y “mano dura” para enfrentar la intencionalidad en los incendios. “Esto está afectando también la imagen de Chile en el exterior, porque se suma a los problemas de seguridad que ya conocíamos”, plantea.

Viñas centenarias del valle del Itata están entre las más dañadas por el fuego, el humo y las cenizas.

CPC se articula para agilizar donaciones de empresas a zonas afectadas El domingo pasado, representantes de la CPC, encabezados por su presidente, Ricardo Mewes, se reunieron con el Presidente Boric y otras autoridades de Gobierno para ponerse a disposición y comprometer su apoyo tanto en el combate a los incendios, como con la posterior reconstrucción.
Mewes señala que actualmente los gremios están apoyando desde la entrega de agua a brigadistas, poniendo a disposición aeronaves para el combate del fuego, hasta la disposición de maquinarias para apoyar las labores de despeje en tierra.
Agrega que, además, hay mucho interés en las empresas por hacer donaciones a sectores afectados, por lo que la CPC está haciendo un trabajo de levantamiento de información en las comunidades para poner a disposición de las empresas que quieran hacer sus donaciones directamente a través de los mecanismos vigentes. «La idea es actuar como facilitadores, de tal manera que las empresas tengan la información de quienes requieren ayuda”, explica.
En paralelo, la CPC en alianza con el Hogar de Cristo están organizando la campaña solidaria Juntos por Chile, que busca reunir mil millones de pesos para habilitar interiormente mil viviendas de emergencia y «devolverles la vida de hogar a los damnificados por esta tragedia, agregando apoyo sicosocial domiciliario a los adultos mayores y a los cuidadores de personas con discapacidad mental en zonas rurales afectadas por el fuego”. Mewes también dice que están explorando otras formas para dirigir ayudas a través de las iniciativas Locales Conectados y Movidos por Chile.

Todo el mundo estaba anunciando estos riesgos y tal vez no hubo el expertise suficiente de las autoridades para ver que esto podía venir”. JOSÉ MIGUEL STEGMEIER DIRECTOR DE LA SNA

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