La empresa Revaloriza abrió en diciembre pasado el primer centro de tratamiento y valorización de RCD del país y del continente en el sector industrial de Viña del Mar. Actualmente cuentan con dos maquinarias que procesan los residuos de la construcción de cinco empresas constructoras que tienen mayor sensibilidad ambiental, y que ya separan los materiales en hormigón, madera, papel y otros. A fines de enero, sin embargo, la planta sumará una nueva tecnología que permitirá transformar los residuos de la construcción mezclados, con lo cual esperan sumar a más empresas interesadas en gestionar sosteniblemente sus RCD.
Desde una meseta ubicada en el sector industrial de Viña del Mar, Karen Aguilera, cofundadora de la empresa Revaloriza, indica con el dedo la multitud de quebradas que circundan la zona en 360 grados. Dichas quebradas, sin embargo, esconden un severo problema ambiental que representa un riesgo para sus habitantes. Es mediodía y no obstante el sol brilla con todo su esplendor, la brisa marina ayuda a refrescar la temperatura.
“En Viña del Mar y, en general, en la Región de Valparaíso, la morfología es de quebradas, y lo que se ha hecho tradicionalmente es enterrar los residuos de la construcción en las quebradas. Todas ellas llegan al Estero Reñaca. Si se llegan a rellenar las quebradas, arrastraría y cruzaría el camino internacional, hasta topar con Reñaca Bajo.”, cuenta la repesentante de Revaloriza, empresa que acaba de inaugurar la primera planta de tratamiento y valorización de residuos de la construcción y demolición (RCD) de Chile y Sudamérica.
Precisamente esa disposición ilegal de los residuos de la construcción es uno de los varios desafíos que quiere abordar el proyecto estrella de Revaloriza, situado precisamente en dicha explanada de 21.000 metros cuadrados, en la zona norte de la Ciudad Jardín. La planta ya se encuentra operativa desde diciembre pasado, aunque todavía con el 50 por ciento de su infraestructura instalada.
Mientras camina por el espacio junto a Sebastián Aguilera, jefe de operaciones de la planta, Karen Aguilera aprovecha de hablar acerca de la maquinaria con la que cuentan actualmente para trabajar. La conversación sólo se interrumpe cuando suena la alarma que indica la llegada de uno de los tantos camiones que descargará grandes bloques de concreto y hormigón en un sector determinado. Frente a él, hay un montón de polvo acumulado, que resulta ser árido reciclado, fruto del proceso de reducción al que se ven sometidos los grandes bloques de concreto y hormigón. En otra parte de la explanada se observa una chancadora de color amarillo y una trituradora de color azul.
“La chancadora reduce materiales de construcción más duros como el concreto y el hormigón y generamos diferentes granulometrías para distintos usos, y la trituradora se encarga de trabajar los otros residuos de la construcción como la madera y el plástico. Hay que recordar que los residuos de la construcción no son solo concreto y hormigón, sino que son un residuo mezclado con otros materiales como tubos de pvc, cartón, papel, plástico, etcétera”, recalca Aguilera, cuya empresa Revaloriza suscribe en este minuto acuerdos comerciales con cinco empresas constructoras que muestran avances en medidas internas de sustentabilidad. El camión que acaba de hacer su descarga, sin ir más lejos, procede de una compañía que realiza un mejoramiento de la ruta Puchuncaví-Nogales, y que tuvo que levantar algunos residuos para instalar una nueva carpeta.
El paso siguiente, y que implicará contar con capacidad completa, será la adquisición de una seleccionadora que se instalará en un sector de la planta donde hoy hay unos pequeños pilares o fundaciones. Se prevé su llegada a fines de enero. “Con esta seleccionadora podremos separar el residuo de la construcción mezclado. Sobre estas fundaciones se instalará un contenedor en altura con correas, donde habrá cuatro operarios que irán separando manualmente lo que no se pudo separar a través del imantado y el soplador por efecto de gravedad. Eso va a significar un cambio grande, muy desafiante. En esta segunda etapa vamos a tener montañas de madera y vamos a tener la capacidad de transformar todo residuo de la construcción”, vaticina Karen Aguilera.
“En algunos materiales ya hay un mercado para la valorización. Nosotros queremos ser un actor que vincula con otras empresas que valorizan, proveyendo materia prima secundaria. El gran desafío, por ejemplo, es qué hacer con los plásticos que aún no tienen un mercado en Chile. Porque nosotros separamos y trituramos el plástico, ¿pero después qué?”.Karen Aguilera, cofundadora de Revaloriza y líder de la planta de valorización de RCD.
¿Por qué en Viña?
Si bien Revaloriza inició su ruta como empresa en otra localidad de la Región de Valparaíso, recaló en Viña del Mar, pensando en que era una ciudad más a la vanguardia en lo que respecta al concepto de valorización de residuos. “Era súper difícil que las autoridades locales cambiaran el concepto de enterrar los residuos a tenerlos visibles sobre una superficie para transformarlos y generar un subproducto. La idea era justamente poder aplicar estratégicamente el modelo en este tipo de ciudades. Viña como municipio ya tiene ordenanzas donde se pone como prioritaria la valorización de los residuos para su transformación, y se regula el transporte para evitar la disposición final ilegal”, prosigue Karen Aguilera, gerenta general de la empresa.
Por otra parte, agrega Aguilera, “queríamos que la planta estuviera en una ciudad que no fuese Santiago, porque la Región Metropolitana ya tiene sus sitios de disposición final autorizados. Nosotros como empresa queríamos dar una solución en una ciudad donde hubiese un problema, para generar un impacto positivo en tanto solución para muchas vidas de muchas personas. La Región de Valparaíso es una de las siete regiones del país que no tiene lugares de disposición final autorizada y eso es gravísimo”.
Las múltiples aplicaciones en que se está usando el subproducto generado de los residuos de la construcción ahí tratados se ocupan, incluso, en las mismas dependencias del centro de valorización de RCD de Revaloriza. En vez de aplicar el típico camino de tierra usado en predios industriales, y que requiere el uso de grandes cantidades de agua para riego, Revaloriza reutiliza el material en un estabilizador de suelo que evita el empleo de camiones aljibes para humectar el suelo. “La idea es que un antiguo residuo vuelva a un proyecto de construcción”, apunta Aguilera. Del mismo modo, el portón de ingreso a la planta está hecho con ecotablas fabricadas por la empresa Desafío Ambiente a partir de plástico reciclado en la misma planta.
Pero, más allá del material reciclado que se pueda usar en las mismas instalaciones de la planta, el modelo de negocios de Revaloriza implica poder vender ese residuo reconvertido en recurso y de diferentes granulometrías a empresas interesadas. Por ejemplo, ofrecer árido reciclado a un valor más reducido, en vez de árido virgen, para uso de las constructoras y así contribuir al fomento de la economía circular, así como también material para rellenar y compactar en el ciclo de la construcción, sea de caminos u otras estructuras. Otros usos posibles de los subproductos de la planta son los jardines de eficiencia hídrica que frenan el desperdicio de agua.
Sebastián Aguilera, jefe de operaciones de la planta, refiere al asfalto que es usado históricamente para rellenar los residuos que se están tapando a las quebradas. “Estamos demostrando que el asfalto tiene un uso más allá que solamente tapar los escombros. Aspiramos a que no se siga extrayendo materia prima de los ríos, y que se ocupe materia prima secundaria, haciendo economía circular concreta”, dice él.
La otra arista del modelo de negocios se ensambla con lo señalado anteriormente, respecto de las ecotablas de Desafío Ambiente: ser un puente de articulación entre distintas empresas que se dedican a la valorización de residuos, ya que, como se indicó, el residuo de la construcción reúne muchos otros materiales. “Queremos promover la innovación para que otras empresas tomen la materia prima secundaria que recuperamos para hacer sus productos reciclados y volver a ser puestos en el mercado. Es promover el talento local en cualquiere lugar donde se ubique Revaloriza”, aclara la emprendedora.
“En algunos materiales ya hay un mercado para la valorización. Nosotros queremos ser un actor que vincula con otras empresas que valorizan, proveyendo materia prima secundaria. El gran desafío, por ejemplo, es qué hacer con los plásticos que aún no tienen un mercado en Chile. Porque nosotros separamos y trituramos el plástico, ¿pero después qué? Por eso aspiramos a que existan emprendimientos locales nuevos”, explica Karen Aguilera.
“La chancadora reduce materiales de construcción más duros como el concreto y el hormigón y generamos diferentes granulometrías para distintos usos, y la trituradora se encarga de trabajar los otros residuos de la construcción como la madera y el plástico. Hay que recordar que los residuos de la construcción no son solo concreto y hormigón, sino que son un residuo mezclado con otros materiales como tubos de pvc, cartón, papel, plástico, etcétera”.Karen Aguilera.
Las proyecciones
Actualmente Revaloriza se encuentra procesando 800 metros cúbicos diarios con las cinco empresas socias. Pero naturalmente esperan invitar a muchas más a sumarse al proyecto cuando cuente con la seleccionadora que separará el residuo de la construcción mezclado. El crecimiento de la empresa, dice Karen Aguilera, dependerá de qué acertadas decisiones se tomen en el entorno, en términos de políticas públicas.
“Tenemos la eficiencia de cada equipo en su máximo rendimiento. Sin embargo, el volumen de residuos que seamos capaces de valorizar es un trabajo en conjunto con lo que pase en el entorno. Si se siguen fomentando los botaderos ilegales, o la falta de fiscalización, siempre va a ser más barato ir a botar. Hemos hecho un trabajo de hormiga para evangelizar respecto de esta situación. Si hay municipios que tengan control sobre los metros cuadrados y los metros cúbicos con los que trabajan, y fomentan el trabajo con empresas que valoricen los residuos, será mejor para todos”, sostiene Aguilera.
Por lo menos Karen Aguilera cree que el entorno de la Región de Valparaíso está avanzando en la dirección correcta. Cita el caso de la nueva administración comunal de Viña del Mar, encabezada por la alcaldesa Macarena Ripamonti, quien ha mostrado, dice Aguilera, un mayor interés por el tema medioambiental. De hecho, ya han tenido reuniones con ese municipio para coordinar acciones futuras.
La misma consideración tiene con las otras alcaldías de la región que han asumido recientemente, de las cuales Aguilera percibe “un mayor compromiso ambiental y una sensibilidad de querer resguardar los recursos naturales de distinta índole, sobre todo a la luz de que estamos en cuenta regresiva”. Del nuevo gobernador Rodrigo Mundaca, Aguilera guarda la misma opinión y próximamente el equipo Revaloriza sostendrá una reunión con él.
“No solo Viña, sino toda la región, tiene que destinar mucho dinero de su presupuesto de aseo para limpieza de microbasurales, lo que resulta tres veces más caro que gestionar los residuos como corresponde”, dice la cofundadora de Revaloriza, quien ve con buenos ojos la preocupación por el tema del agua de las nuevas autoridades, ya que también se relaciona con la disposición final ilegal de los residuos de la construcción. Al recorrido se suma Nicolás Mardones, administrador de planta.
“Hay un impacto porque un RCD contiene residuos que generan lixiviados y eso al momento de percolar llega a las napas. Tenemos que dejar de fomentar el riego de caminos a pleno sol que se secan en dos minutos. Ofrecemos una alternativa para tener material de reemplazo, que se refuercen las carpetas en vez de regar”, complementa Karen Aguilera, quien no descarta moverse hacia otras regiones para luego expandir su empresa a todo Chile. Por de pronto, las maquinarias utilizadas como la chancadora y la trituradora -que tienen tecnología europea- son móviles y se pueden arrendar para poder ser utilizadas en las mismas faenas constructivas.
“Necesitamos hacer educación ambiental para explicar que nuestra planta no es un depósito de residuos, lo que menos tenemos son quebradas. Tenemos que sacudirnos de este estigma”, cierra Aguilera, antes de posar para la foto final encima de la pila de bloques de hormigón que espera su transformación. A la última instantánea se suma Manzana, la perrita guardiana del predio, para tener equipo casi completo.