CNC dio a conocer sus propuestas laborales para la Nueva Constitución

  • Para finalizar con el trabajo constitucional del gremio, la CNC elaboró un quinto y último informe que se refiere a una nueva mirada en las relaciones colectivas  y al diálogo social en el mundo del trabajo, con la finalidad de continuar aportando a la labor de los futuros integrantes de la Asamblea Constituyente.
  • Junto con ello, el gremio realizó un llamado a todos los socios a participar del debate público sobre el momento constitucional destacando la importancia de la contribución de todos los actores en este proceso, para la construcción de una mejor convivencia democrática entre los distintos representantes de la sociedad.

Continuando con el trabajo constitucional del gremio, buscando ser un aporte al debate nacional, la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC) elaboró el quinto y último informe, sobre una nueva mirada para las relaciones colectivas de trabajo. Este consigna que la nueva Constitución debe respetar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos, incluyendo a los trabajadores. También, que debe incentivar la formalidad a todo nivel, especialmente la laboral, y, el cumplimiento estricto a la legislación vigente.

Es así como, a juicio de la CNC, la nueva Carta Fundamental debe considerar los grandes desafíos que se presentan para el nuevo y futuro mundo del trabajo de las próximas décadas. Para ello se requiere una nueva mirada al trabajo humano a partir de un análisis de la situación actual, de manera de identificar aquellos elementos positivos y negativos y proyectarlos hacia el futuro ya sea manteniendo, reinterpretando, modificando o creando nuevas figuras o instituciones, con el fin de elaborar normas que se adecúen a las necesidades de los agentes de la sociedad y, finalmente, creando escenarios óptimos en que tanto los empleadores como los trabajadores puedan desarrollar sus actividades dentro de marcos posibles de adaptarse a las distintas realidades empresariales. En este contexto, se señala que urge incentivar el diálogo social para el nuevo y futuro mundo del trabajo.

Junto con ello, la CNC reitera el llamado a participar del debate público sobre el momento constitucional que vive nuestro país, destacando la importancia de la contribución de todos los actores en este proceso para la construcción de una mejor convivencia democrática entre los distintos representantes de la sociedad.

Resumen documento

Debido a los rápidos cambios que va experimentando la sociedad, es necesario que el ordenamiento jurídico nacional se vaya adecuando a ellos con el fin de ir solucionando los dilemas que pueda conllevar la existencia de una normativa obsoleta y que no se condice con la realidad. Es por esto que consideramos que la nueva Constitución debe contener los aspectos básicos y mínimos que deban regir la relación laboral, pero pueda mantener la flexibilidad necesaria para adaptarse a los rápidos cambios que va sufriendo la sociedad a lo largo del tiempo y que afectan también al ámbito laboral.

Por eso, una nueva Constitución debe respetar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos, incluyendo a los trabajadores. También debe incentivar la formalidad a todo nivel, especialmente la laboral y el cumplimiento estricto a la legislación vigente. Sólo de esta forma se reconoce el valioso aporte que los trabajadores y las empresas representan para la sociedad, donde el Estado debe generar condiciones para el mayor desarrollo espiritual y material posible.

Es así como la nueva Constitución debe considerar especialmente los grandes desafíos que se presentan para el nuevo y futuro mundo del trabajo de las próximas décadas. Para ello se requiere una nueva mirada al trabajo humano a partir de un análisis de la situación actual, de manera de identificar aquellos elementos positivos y negativos, y proyectarlos hacia el futuro ya sea manteniendo, reinterpretando, modificando o creando nuevas figuras o instituciones, con el fin de elaborar normas que se adecúen a las necesidades de los agentes de la sociedad y, finalmente, creando escenarios óptimos en que tanto los empleadores como trabajadores puedan desarrollar sus actividades en un escenario próspero. En este contexto, urge incentivar el diálogo social para el nuevo y futuro mundo del trabajo.

Así, una nueva Constitución debe asegurar una serie de libertades que hagan posible el ejercicio de la libertad sindical, como lo es el derecho a la vida y la seguridad personal, el derecho a la libertad y la seguridad contra la detención y el arresto arbitrario, la libertad de expresión y de opinión, la libertad de reunión, el derecho a un proceso justo por un tribunal independiente e imparcial, el derecho a la protección de la propiedad de las organizaciones de trabajadores y empleadores.

Por otro lado, una nueva Constitución debe promover el sindicalismo robusto, profesional e independiente de toda injerencia externa de terceros y del Estado, con tal que fomente y defienda los derechos de sus asociados.

En línea con lo anterior, una nueva Carta Fundamental debe incentivar las negociaciones en el ámbito laboral, concretando el diálogo social. Ello, en un contexto en que se propicie la participación y comunicación de buena fe de los actores en plano de igualdad, y con las condiciones sociales, económicas, políticas y de seguridad óptimas para lograr consensos, la que debe mantenerse durante todo el proceso de negociación. Además, es primordial que el contenido de un proceso de negociación colectiva y el acuerdo al que se arribe se ajusten a la realidad y condiciones de las relaciones laborales en los distintos sectores, al tamaño de las empresas, a su ubicación, entre otros aspectos que permitan su verdadera y adecuada aplicación.

En cuanto a la huelga, en la Constitución se deben garantizar los derechos de ambas partes involucradas, tanto de los trabajadores a hacer efectivo sus intereses en el contexto de la negociación colectiva, como del empleador a desarrollar sus actividades económicas. Esto puede consensuarse con el ejercicio de la huelga en circunstancias razonables y debidamente justificadas, donde se presente como una herramienta de ultima ratio, ante el fracaso de otras herramientas brindadas por el legislador. También debe plantearse como un derecho no absoluto, que debe convivir y vincularse con otros, dinámica que es propia de una sociedad democrática.

Finalmente, en este proceso constitucional, debe tenerse siempre como piedra fundamental el derecho de todos los actores de la sociedad a velar por sus intereses -trabajadores y empleadores- respetando siempre los derechos de los demás, de manera que podamos vivir todos -hoy y en el futuro- en una sociedad que base sus acuerdos en el diálogo y el respeto.

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